Todo para incomodar

Por Paula Goodbar

Artaud, de Sergio Boris. Dirigida por Sergio Boris. Con Pablo De Nito, Federico Liss, Elvira Onetto, Verónica Schneck y Rafael Solano. En Beckett Teatro. Guardia Vieja 3556. Funciones: jueves 21:00 hs.

Un exhospital psiquiátrico, actual estacionamiento de autos. Ruidos constantes, personajes que hablan murmurando o a los gritos, repitiendo frases que no llevan a ningún lugar. Un lugar donde la locura y la cordura se cruzan y los límites resultan ya difusos. Con una escenografía completamente atestada de elementos, mostrando un espacio en donde emergen la suciedad y la mugre. Un lugar que si se pudiese oler, el espectador no querría permanecer allí. Todo esto es Artaud.

El espectáculo escrito y dirigido por Sergio Boris fue estrenado en el año 2015 como parte del proyecto curatorial Invocacione, ideado por Mercedes Halfon. En el marco de este ciclo se propone que reconocidos directores argentinos se apropien de estéticas de grandes íconos de la historia del teatro. En este caso, Artaud, a través de la mirada de Sergio Boris.

El director comprende a la perfección las premisas del poeta y dramaturgo francés, considerado también el padre del teatro moderno: Artaud creía que el teatro debería afectar a la audiencia tanto como fuera posible, por lo que utilizaba la luz, el sonido y la escenografía en pos de perturbar y producir molestia en el público. El espectáculo que se presenta en el Teatro Beckett genera incomodidad, la narrativa de la historia no avanza, el espacio está semi abandonado, todo en función de que genere asco. Lo interesante de la puesta en escena es que lo logra y, sin embargo, nadie se levanta ni se va, por el contrario, el público estalla en aplausos y risas durante toda la función. Boris sin lugar a dudas logra lo que Artaud proponía de la mejor manera.

Dentro de este universo caótico y atrapante, son los actores quienes llevan adelante la acción y le dan cuerpo a Artaud.  Todos ellos habitan personajes rumiantes que permanecen en un loop constante del cual no pueden o no quieren salir. Los cinco actores llevan adelante la obra con una labor impecable y precisa. No puedo dejar de destacar entre todas las actuaciones la de la actriz Elvira Onetto, quien con sólo un gesto o una mirada genera que toda la sala estalle en carcajadas, vale la pena cada momento de ella en escena.

Artaud es un espectáculo apabullante, es tan molesto como un espectáculo sobre Artaud debe ser. Una obra que aquellos que conocen a Artaud podrán disfrutar, mientras que quienes lleguen de manera azarosa tal vez no logren comprender. Una experiencia completa que deja en evidencia una manera diferente de hacer y concebir al teatro.

Imágenes: fotogramas de https://www.youtube.com/watch?v=RMe9p9Q2Rcc

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