Amar y partir

Por Juan Pablo Puentes

Todo bien mientras nos muramos en orden de ascendencia, de Ivor Marinic. Dirigida por Mauro Pérez. Con Maia Muravchik, Graciela Pafundi, César Repetto y Ailín Zaninovich. En El Método Kairós. El Salvador 4530.  Funciones: domingos 20 hs.

En alguna ciudad de Croacia, Janco, un hombre que se acerca a los sesenta años,  inaugura un restaurant. Desea mostrarle el nuevo emprendimiento a su hijo, quien ese mismo día parte hacia Estados Unidos. El hijo no se va de viaje de turismo ni de trabajo, se va para no volver. Nikolina, la joven pareja de Janco, acompaña la velada y el proyecto gastronómico. No obstante, los planes no salen como estaba previsto: comienzan a desmoronarse en la medida en que los afectos se desvanecen, se deshace una forma de vincularse en la vida mediante lazos amorosos.

Les espectadores subimos una escalera de la sala 1 de El Método Kairós y observamos desde arriba el piso en el que vemos el restaurant: dos mesas, un par de sillas, dos botellas de vino y una bandeja con fiambres. La obra de Martinic, traducida por Nikolina Zidec,  se divide en tres actos, cada uno introducido por un narrador externo que nos ubica en la temporalidad dentro de la secuencia dramática. El futuro no parece prometedor y las partidas están a la orden del día. Cuatro personajes despliegan un parlamento profuso y, con el auxilio de sus gestos y de sus entonaciones, van haciéndoles sentir a les espectadores los vínculos íntimos que se desarrollan entre los seres humanos. Se evidencia un trabajo notable de dirección por parte de Mauro Pérez.

Finalmente, Janco reflexiona acerca de qué significa perder a su padre y a su hijo, el mismo día, en una obra en la que padre e hijo no aparecen en escena y que, sin embargo, son ellos, los ausentes, el motivo que reune a estos personajes en ese mundo en el que “todo está bien mientras nos muramos por orden de ascendencia”.  

Imágenes de María Luján Puentes.

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