El poder de la palabra

Por Paula Goodbar

Lengua, lengua, lengua, de Carolina Mazzaferro. Dirigida por Carolina Mazzaferro. Con Caro Go, Ana Antony, Jazmín Broitman, Analía Malvido, Claudia Quiroga, Maite Rodríguez Chietino, Joaquín Sesma y Julieta Timossi. En Espacio Callejón. Humahuaca 3759. Funciones: sábado 22:15 hs.

En algún lugar distante, durante una época tan lejana como indeterminada, dos brujas se proponen infiltrarse en un convento para poder salvar la vida de una inocente que sería acusada de incurrir en la hechicería. Un pequeño resumen de lo que pareciera introducirnos a una representación histórica trágica y tensa. Sin embargo, los espectadores presentes serán testigos de una comedia fervorosa que, entre delirios lingüísticos y absurdos despliegues escénicos, logrará transformar un suceso calamitoso en un acontecimiento gracioso y sumamente divertido.

La propuesta escénica montada en el Teatro Callejón construye un vasto universo a partir de pocos elementos utilizados de manera muy precisa. Los elementos que constituyen la escenografía son los mínimos necesarios, y permiten a partir de su reubicación en el espacio la transformación total del ambiente. En ellos se condensa una infinita cantidad de posibilidades que se hacen presentes uno a uno durante la puesta en escena. De este modo el interior de una iglesia se transforma en una panadería o en el exterior de una campiña en un abrir y cerrar de ojos, una decisión ingeniosa que funciona de forma impecable.

Carolina Mazzaferro es quien escribió y dirige esta fantasía de época en la que las formas de hablar y expresarse resultan tan protagonistas como los actores. El texto dramático denota un trabajo minucioso y muy complejo, pero resulta a la vez lúdico y sencillo de seguir, un entramado que refleja un gran esfuerzo por parte de la joven dramaturga.

Resulta muy complejo destacar a alguno actor por sobre otro, cada uno de ellos se presenta ante el público con características únicas que los distinguen de los demás y los convierten en protagonistas de diferentes momentos. Todos ellos se lucen y despliegan un gran abanico actoral sobre el escenario, mostrando un enorme entrenamiento tanto vocal como físico. Incluso aquellos personajes que al principio de la representación parecieran ser simples extras, se convierten luego en protagonistas fundamentales de la obra, volviéndose así también los más memorables.

Lengua, lengua, lengua le pone palabras descabelladas a situaciones racionales, o quizás logra volver disparatados hechos trágicos. Un texto riguroso que le otorgó a Mazzaferro el 14° Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia que convive con una puesta en escena ocurrente y dinámica dan como resultado una pieza exquisita en donde nada desborda. Un exceso de risas y palabras musicalizadas tanto en verso como en prosa para el placer de quien las oiga.

Deja un comentario