Gravedad y Fragilidad: Un diálogo escénico

Por Florencia Pérez Calonga

La gravedad del encuentro, de Alina Marinelli, Bárbara Hang, Mariana Montepagano, Margarita Molfino y 45 piedras. Dirección Alina Marinelli. En Dumont 4040. Última función: domingo 26/5,16 hs.

La gravedad es un lazo invisible que une los cuerpos a la tierra, una fuerza poderosa que nos sostiene mientras nos encontramos anclados a la realidad. En cada paso que damos, en cada gesto que realizamos, podemos percibir esa presencia que nos recuerda nuestra conexión con el mundo que nos rodea. Como un hilo imperceptible que nos mantiene arraigados a este plano terrenal, nos permite explorar los límites de nuestra propia existencia. 

La gravedad del encuentro surge de un profundo trabajo de investigación en el que Alina Marinelli, Bárbara Hang, Mariana Montepagano y Margarita Molfino se disponen a compartir el protagonismo escénico junto a 45 piedras. Estas piedras trascienden su rol de simples complementos escenográficos para convertirse en compañeras de viaje, en cómplices de una búsqueda por repensar los modos de vinculación entre lo humano y lo inhumano que habita en este mundo. Los cuerpos se enfrentan a la dureza y la solidez de las piedras, recordándonos nuestra propia vulnerabilidad y efímera existencia.

Movidas con intención y delicadeza, ellas se arrastran, se transforman y hasta se mimetizan junto a fragmentos rocosos que funcionan como sostén y punto de encuentro para sus propios cuerpos. En este baile entre lo humano y lo inerte  se desplaza el eje del individuo  como protagonista, lo que permite que otras fuerzas y elementos del universo cobren relevancia, mientras las intérpretes desafían con gracia y determinación la atracción que las mantiene ligadas a la realidad terrenal. Este profundo desafío implica que cada movimiento se vuelva un acto de resistencia y liberación, donde la fragilidad se transforma en fortaleza y la conexión con la tierra se convierte en una especie de vínculo sagrado con el cosmos.

A partir de un trabajo que se vuelve más que una simple performance; realizan una exploración poética y filosófica que nos invita a cuestionarnos nuestras percepciones y concepciones sobre la vida, la naturaleza y la humanidad. Es a través del movimiento y la interacción con las piedras, que se abre un espacio para la contemplación y la transformación, donde lo orgánico y lo inorgánico convergen en un abrazo efímero pero significativo. Así, el enfoque se amplía y se genera una relación simbiótica entre naturaleza y humanidad. De esta forma, nos permite reconocernos a nosotros mismos como solo una pequeña parte de un vasto entramado de existencia, donde cada piedra, cada hoja y cada rayo de luz tiene su propia historia y su propia danza en el gran teatro de la vida.

Fotos IG @margaritamolfino

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