Hasta que la muerte nos separe

Por Agustina Laplana

Después del aclamado primer álbum de estudio, Post Mortem, Dillom continúa apostando fuerte a su singularidad donde, nuevamente, lo inusual lo lleva a consagrarse y al éxito.

Mi encuentro con Dillom fue a través de la Bzrp Music Sessions y, sinceramente, lo descarté al instante. Las barras desprolijas e impulsivas que se repetían por casi 3 minutos a los gritos no causaron la mejor primera impresión y no le di ni una chance. Pero en el 2021 me tragué mis palabras y prejuicios cuando salió Post Mortem, el primer álbum de estudio de Dylan León Masa, el chico que con 20 años, y sin planearlo ni darse cuenta, marcó diferencia en la escena musical actual.

Me acuerdo que no podía parar de escuchar el álbum una y otra vez. Había encontrado algo en esas canciones que me llamaba a reproducirlo en loop, sin cansarme. Quizás era la novedad después de más de un año de pandemia y encierro donde mi rutina musical (indiferente y evasiva de la realidad a la que me había acostumbrado) se vio interrumpida con el atrevimiento de Post Mortem. Quizás también, seguramente, haya sido la sorpresa y curiosidad que me generó darme cuenta de que era el mismo pibe que escuché tiempo atrás y había dicho: “qué ladrón, así está la música argentina”. Pero lo que me terminó de atrapar y hacer entrar de lleno en su música fue verlo en vivo en el 2022 en el Teatro Vorterix, en uno de los shows que se agotaron en tan solo 5 minutos. En la intimidad de ese teatro presencié una misa, un ritual entre el público y el artista que me dejó más emocionada y manijacon el mundo Dillom.

A su corta edad y con casi 10 años dentro de la producción musical, Dylan siempre fue fiel a su visión artística, produciendo canciones que de a poco comenzaban a tener una mayor repercusión fuera de la esfera under en la que se movía desde sus comienzos. Creó sus primeros beats a los 15 años en un estudio en la Villa 31 y subió sus primeras canciones a internet bajo el sello Lost Boys junto a otros artistas de la escena musical argentina como Ill Quentin y Muerejoven. Años más tarde, junto a la RIP Gang, estableció el sello discográfico Bohemian Groove. Esta empresa de a poco se hizo de renombre gracias a difundir los valores auténticos de cada artista que forma parte del sello, defendiendo y apoyando su singularidad sin importar el género o la expresión musical, que abarca el punk y el hiphop, como también el rock y el pop.

Quien sigue a Dillom sabe que su relación con la música está atravesada por sus difíciles experiencias personales y su gusto por los géneros del terror y el suspenso, aspectos que incorpora de manera directa y cruda en la mayoría de sus trabajos. Su trayectoria está marcada por una dedicación inquebrantable a su arte y una búsqueda constante de autenticidad en su expresión musical, llevando su visión artística también a las colaboraciones que realizó con artistas como Miranda! con el tema y videoclip “Dos” (2022), en el que, a pesar de tener un sonido animado y casi cómico, cuenta la historia de una pareja que luego de ser observada desde las sombras es asesinada por el hombre lobo, personificado por el mismísimo Dillom.

Post Mortem fue un avance en su carrera artística en cuanto a organización del trabajo. Se trata de un álbum con sonidos de rap, punk y pop que se puede escuchar en orden, de principio a fin. La participación de Mario Pergolini en el relato de “Demian” remite a esos cuentos de terror que leía en la Rock & Pop, allá por los finales de los 90. Pero el público, siempre insaciable, guardaba muchas expectativas por su próximo lanzamiento y Dillom supo responder a las demandas de sus fans (y de la prensa) manteniéndose muy por arriba de la vara tan alta que había dejado su primer lanzamiento. Por Cesárea se estrenó el 26 de abril de este año, contando con las grandes colaboraciones de Andrés Calamaro y Lali Espósito. A través de los 12 temas que coquetean con el rock, el punk y lo indie, nos adentramos en una película musical que rompe una vez más con el mainstream de la música actual, donde el terror y la muerte nuevamente son el hilo conductor de esta historia. El crecimiento y la madurez artística en la producción musical y visual de Dillom y su equipo se luce sobradamente en este trabajo donde, por ejemplo, aun sin haber estrenado ningún videoclip, los breves loops escalofriantes de los visualizers condimentan la experiencia.

En una escena de la música argentina donde la representación nacional parece cada vez más escasa e impersonal y donde los sonidos tienden a ser idénticos en toda Latinoamérica, Dillom apuesta descaradamente una vez más a sus ideas y su mundo. Un mundo en el que hasta tiene lugar un verso de la canción “Plegaria Desvelada” de María Elena Walsh. El público recibe al personaje más perturbador y retorcido de Por Cesárea con los brazos abiertos, armándolo y dándole distintos sentidos a la historia por medio de las redes sociales. Los medios de comunicación (desde revistas hasta programas de streaming) se desesperan por tener una nota y sacar una columna sobre el pibe del momento, preguntándose: ¿cómo lo hace? Queda claro, a esta altura, que su éxito no es una casualidad. Después de que haya agotado todos sus shows sin importar si se trata del Luna Park o el Movistar Arena, en el interior del país o en una gira por España, y de haber pisado festivales como el Lollapalooza y Cosquín Rock, puedo afirmar que Dillom es el artista más brillante de nuestro país.

Fotografía de portada: Nora Lezano para Revista Rolling Stone Argentina

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