“En la dramaturgia es donde siento que hay más por investigar”

Por Romina Gretter

Lautaro Perotti es una de las figuras más interesantes y activas del teatro independiente porteño. Su trabajo como actor, dramaturgo, director y docente está íntimamente ligado a Timbre 4. Mientras protagoniza Tebas Land -obra de Sergio Blanco y con dirección de Corina Fiorillo- y dirige Cronología de las bestias, obra que también escribió y que presentará en Madrid en el mes de enero, acaba de terminar Próximo, una producción que protagonizaba junto a Santi Marín, bajo la dirección de Claudio Tolcachir. Pero su hiperactividad no se agota en el teatro: hace poco seestrenó Mater, película inspirada en El Viento en un violín, que contaba con Perotti en el rol protagónico. Entre función y función pudo hacerse tiempo para reflexionar sobre el desafío del trabajo teatral en todas sus vertientes.

¿Cómo capitalizás el hecho de ser actor, director, dramaturgo y docente en el momento de participar de un proyecto? Me da la impresión que no los ves como roles separados, sino como algo bastante orgánico.

-Cuando abarcás distintas áreas está bueno porque te da un entendimiento sobre la totalidad de un proyecto, y a su vez, también tratás de separar porque si sos actor necesitás alguien que te dirija. Si entrás a un proyecto, ya sea una obra de teatro o una película que viene generada por otra persona, estás entrando en su plan. Lo mismo cuando dirigís, no me pongo en la cabeza el querer actuar yo. Es una división de roles que tenés que tener clara para poder aprovechar la ventaja de conocer diferentes áreas, pero no tener la zoncera de querer hacer todo, porque si lo haces, te perdés lo más interesante que es el intercambio. Por otro lado, no es fácil que yo confíe en un director, pero cuando confío, confío ciegamente. Y lo mismo cuando estoy dirigiendo: si elijo aun actor es porque creo y confío en su creación y en la creación que vamos a hacer juntos de su personaje. Si se quiere hacer todo: escribir, dirigir y actuar, mejor hacer unipersonales, que no está mal, no lo juzgo, pero no es lo que a mí me interesa.

-¿Qué es Timbre 4 para vos y cómo es la dinámica de trabajo a partir de una elección afectiva, de afinidad?

-Timbre 4 es un grupo, un grupo flexible y abierto en el que por sobre todas las cosas nos reelegimos cada vez y para cada proyecto. No hay un compromiso, no tengo la obligación de hacer ciertas cosas. Nos reelegimos también al intercambiar de roles: dirigir, actuar, escribir… Nos bancamos y nos apoyamos unos a otros. Sería grave si el grupo, para mí modo de ver, no fuera un lugar de crecimiento, sino un lugar de asfixia. Yo también elijo cosas que van por fuera. Ahora en enero me voy a dirigir a España,y sí, relego otras cosas en ese momento. Me parece que lo más importante de un grupo es cuando aún sin tener un compromiso escrito, hay una decisión de seguir trabajando juntos.

Además, me gusta trabajar con gente que entiende la profesión de una misma manera, que no quiere decir que tenga la misma escuela, la misma técnica o las mismas formas, al contrario. Otra delas cosas más interesantes es conocer miradas o formas de trabajar distintas, que a uno lo desafían porque lo corren de un lugar de comodidad. Pero hay ciertas cuestionesque son necesarias: maneras de pensar la profesión, el disfrute por el trabajo… hay cosas que son necesarias porque si no, no digo que esté bien ni mal, pero me desmotivan un poco. Me deja de interesar trabajar con alguien que, por ejemplo, no le guste ensayar o que quiera sacar la cosa en un segundo. A priori, no me entusiasma mucho alguien que no respeta lo sagrado de una función de teatro y que falta. Me desmotiva, no me da tantas ganas… Por ejemplo, con Claudio (Tolcachir) es alguien con el que yo trabajé mucho y que trabajamos en varias áreas juntos, es alguien con el que siempre nos estamos proponiendo nuevos desafíos, y eso es alucinante.

-Trabajás mucho en España,y de hecho como comentabas antes, en poco tiempo Cronología de las Bestias se presentará allá. ¿Cómo es el trabajo de adaptación del texto?

-Hay distintos proyectos, el de Cronología de las bestias puntualmente, tuvo una adaptación al castellano, que no es sólo cambiar los tiempos verbales o alguna expresión, es también entender de qué está hablando esta obra, esta escena y este personaje en este contexto de Argentina para poder transpolarlo a Madrid. Jorge Muriel es el traductor e hizo un trabajo muy lindo.

-¿Y cómo es la adaptación de la obra respecto a un contexto político, social y artístico diferente?

-Yo creo que hay cosas que son universales. Tanto en las obras que me tocó dirigir, y que tienen que ver con necesidades mías como escritor y como director, como con las obras en las que actué, son en general producciones que trascienden lo porteño, lo argentino. Y también lo español. Son obras con una temática universal, más allá de la circunstancia particular que esté pasando la escena. Siempre lo cuento porque es muy ejemplificador de esto que te digo. Cuando fuimos a Sarajevo a presentar La familia Coleman, estábamos Claudio (Tolcachir) y yo en una conferencia de prensa, y la primera pregunta que me hacen es: “¿es habitual que en Argentina hagan obras de teatro sobre familias de Sarajevo?” Yo me quedé, porque pensé a este señor le voy a tener que pinchar el globo, la verdad que no es una familia de Sarajevo. Son obras que hablan de algo esencial del hombre, de la humanidad, de los conflictos, del ser, de las estructuras familiares, de las relaciones, de los miedos… por eso podemos hacerla allá, más allá de la dificultad del idioma o de alguna cosa.

También me di cuenta dirigiendo y dando clases en España o en Francia, que a veces el problema del idioma o de las diferencias de la cultura, te hacen apuntar más a lo esencial, a lo importante. Por ahí, acá hablando entre nosotros podemos enredarnos en un tema discursivo, allá ya está el tema discursivo por delante. Entonces tenemos que trascenderlo, tanto yo al querer explicarme en una clase o para dar una indicación a un actor, y el otro para poder recibirlo, más allá de la problemática que puede tener el significado en sí. Como director y como profesor, las veces que di clases afuera uno de los grandes desafíos fue el poder trascender eso;y además es muy útil porque también te obliga a ser muy preciso y tener muchísima claridad en lo que querés transmitir. Te obliga a ser práctico, rápido, y eso se puede ver también en el resultado.

– ¿Tenés capacidad de disfrute cuándo trabajás en tantas obras a la vez?

-Sí… Si no, no tiene sentido. Yo relaciono el trabajo con el esfuerzo y con el disfrute.

-¿Aún cuando se junten muchos proyectos en cartelera como te ocurre ahora?

-Sí, es un poco así. En nuestro trabajo se superponen cosas, estás terminando algo y armando otro proyecto, o estás haciendo varias cosas a la vez, pero no lo puedo pensar sin ligarlo al disfrute. Por eso elijo mucho también lo que hago, no hago cualquier cosa.

-Sos muy joven y seguirás haciendo muchas cosas, pero de lo que ya hiciste, especialmente como dramaturgo, ¿sentís que cierta poética atraviesa tus obras?

-De las disciplinas en las que me gusta trabajar, es donde siento que hay más por investigar. En realidad en todas siento eso. Yo no soy muy fanático mío, de quedarme con las cosas que hice. Las hago por la necesidad de hablar, de investigar o de plasmar algunas inquietudes personales. Después ya estoy pensando en losiguiente o buscando nuevos proyectos. No soy de quedarme mucho en lo que hice.

-Algo que noté,es que en varias entrevistas destacás que lo que te importa de las obras que protagonizas y dirigís es la posibilidad que brindan de poder ponerse en el lugar del otro. Mater, Tebas Land, Próximo… son obras muy distintas entre sí, sin embargo, vos destacas ese aspecto. ¿Por qué?

-No busco disciplinar, no quiero que se entienda esa idea. Es una cosa que a mí me inquieta, es algo que a mí me moviliza mucho. Creo que es un ejercicio que si lo practicáramos más habitualmente varias cosas serían diferentes en lo personal, en lo cotidiano, en lo familiar, en lo laboral. Y después yendo a esferas más altas de poder. Creo que no es habitual que la gente, que nosotros, hablemos pensando en los demás. Pienso que el ser humano es bastante personalista, bastante individualista, bastante egoísta. Y creo que varias cosas funcionarían probablemente mejor si tuviéramos incorporado este ejercicio, esta capacidad más instalada en nuestro día a día. Y me parece que en definitiva,el teatro como todas las artes buscan de alguna manera comunicar necesidades o transferir al espectador inquietudes, cosas que a uno le preocupan consciente o inconscientemente.A mí como espectador me gusta cuando pasa eso con las obras, cuando me dejan complicado, no conforme. Cuando me quedo cómodo, está bueno, está bárbaro. Pero cuando me dejan debatiéndome a mí mismo sobre lo que pensaba y lo que pienso o como pensé al principio del espectáculo o como prejuzgué a un personaje o una historia, a mí me interesa mucho más.

Tebas Land es muy fuerte en ese sentido.Uno sale de verla y sigue reflexionando sobre la historia por mucho tiempo, absolutamente absorto en lo que vivió.

-Sí, es un ejemplo muy claro, y está buenísimo. Tebas es una obra que habla de muchas cosas para mí, muchísimos temas. Cuando hablas con Sergio (Blanco), el autor, es impresionante la diversidad de puestas que hay. Es una obra que se está haciendo mucho ahora en distintos países y cada vez más. Él hizo la puesta original, la uruguaya, con actores uruguayos y demás. Y se sorprende porque surgen cosas que nunca había pensado. Cuando pasa eso es que songrandes obras, obras que permiten distintas lecturas, distintas interpretaciones, distintas miradas.

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