Un trovador sentimental, un trovador universal

Por Fabiana Maler

Hallelujah: Leonard Cohen, un viaje, una canción (Estados Unidos, 2021), guión y dirección: Dayna Goldfine, Dan Geller. Con: Leonard Cohen, Nancy Bacal, Steve Berkowitz, Jeff Buckley, John Cale, Brandi Carlile,Eric Church, Adrienne Clarkson, Jusy Coliins, Clive Davis, Shayne Doyle, Bob Dylan, Susan Feldman, Mordecai Finley, Glen Hansard, Dominique Isserman, Vicky Jenson, Myles Kennedy, K.d. lang, John Lissauer,Janine Dreyer, Amanda Palmer, Sharon Robinson, Larry “Ratso” Sloman, Regina Spektor, Rufus Wainwright, Joan Wasser, Hal Willner. Producción: Geller/Goldfine productions. Distribuidora:Sony pictures. Duración: 1h 57 m.

Un hombre en un traje negro con corbata, sombrero y una voz imposible de no identificar; una silueta, una identidad: Leonard Cohen (1934-2016), escritor, poeta y cantante canadiense, ha compartido a través de sus letras y canciones historias propias y ajenas, producto de su profunda observación, reflexión y sensibilidad. Su modo de entender a los demás, sus pensamientos y filosofía se ven reflejados a lo largo de su vida y de su obra. Un trovador, un «buscador espiritual» que no se detuvo a lo largo de toda su carrera: «No me quiero repetir, me gusta encontrar nuevas formas». Esas formas no tienen límites para Cohen, quien piensa que en los proyectos solo dependerá de «dónde cae tu mano», sin importar si es en la música o en la escritura, ya que para él no hay frontera entre el poeta y el cantante. Una búsqueda constante que lo impulsa y en la cual ancla esta maravillosa canción que le da nombre a la película, la cual se fue transforman

El largometraje documental comienza con el último recital en vivo del artista a sus 79 años. “Hallelujah” suena interpretada por Cohen en un escenario plagado de emoción, mientras su propia voz entra en off para hablar del significado de la palabra: “Es una palabra profunda, abundante en resonancias, la gente la nombra desde hace miles de años.” Esta pequeña introducción da cuenta del carácter místico y religioso del término, de su despliegue a lo largo de la historia y sus múltiples interpretaciones. El cantante anticipa de este modo algo que le ha sucedido a él con la canción: su “Hallelujah” cambió a lo largo de los años, de lo religioso a lo secular, de lo místico a lo ordinario, con una variedad de sentidos, argumentos y matices, versos que desaparecieron, se agregaron y variaron. Cohen y la canción fueron andando la vida, se encontraron y desencontraron, dando lugar a nuevas poesías.

Los primeros 30 minutos del film construyen un relato biográfico que recorre sus inicios profesionales, sus orígenes, su judaísmo, su búsqueda espiritual, su relación con las mujeres y sus amores. Una cronología necesaria para dar cuenta de quién es este artista y de qué manera llega a componer la icónica canción. Para contar esta biografía, Dayna Goldfine y Dan Geller se valen de un formato de superposición de audios e imágenes de archivo, a través de los cuales el pasado y el presente se entrelazan para recorrer este viaje. De este modo, la trama se construye dinámicamente a partir de testimonios actuales que dialogan y se entrecruzan para exponer diferentes puntos de vista de una misma historia de la cual fueron testigos. Esas voces que conforman este narrador omnisciente van acompañadas de imágenes, filmaciones, fotografías, audios y una banda sonora que identifica cada época y temática con la canción del repertorio del cantante.

Visualmente, las imágenes transportan y acercan al espectador para hacerlo parte, como si fuera un familiar sumergido en una vieja caja de fotografías. El contraste del pasado y el presente en este antes y después de los protagonistas provoca la sonrisa, la emoción, la identificación con un tiempo que transcurre para todos y todas. Un juego con el paso del tiempo que, sin perder el hilo del relato, se apoya en este material audiovisual para ir y venir. Los matices, colores y texturas sitúan en tiempo y espacio: el blanco y negro de las fotos, las filmaciones de los 60, el color lavado de las décadas de los 70 y 80, o una Nueva York de los 90 con las Torres Gemelas, se convierten en piezas indispensables de esta cronología.

Los protagonistas dan su testimonio sentados cada uno en su ámbito personal: su casa, su lugar de trabajo, su estudio, o el lugar donde ocurrió el hecho narrado en años pasados. La cámara los toma en un plano medio; no la miran directamente, sino que enfocan su mirada hacia un entrevistador que se encuentra fuera de plano. Esto le aporta un tono amable que invita al público a ser también testigos y, a la vez, oyentes de lo que podría ser una charla entre amigos. El modo informal de la conversación y el collage de imágenes compositivas marcan la estética del film.

El documental va creciendo y ampliándose, de lo intimista hacia el exterior, del mundo interior de Leonard Cohen y sus cuadernos escritos a mano hacia su conexión con el público y el universo. En este crescendo va su “Hallelujah”, una canción que fue rechazada por la discográfica y lanzada por un pequeño sello, para luego ser interpretada de forma imprevista por diferentes artistas. La cronología de ese crecimiento se va cargando de emoción a lo largo del largometraje, desde un cigarrillo en la intimidad de un hotel hasta un recital en un teatro, de una interpretación a capella de un artista emergente hasta ser parte de la banda sonora de Shrek, y luego saltar a los programas de televisión de talentos (La Voz, Factor X, American Talent), logrando millones de reproducciones y finalmente cerrar su tour internacional en un concierto en vivo multitudinario. Pero todo esto no es más que la resonancia de ese artista que es Leonard Cohen. Su retorno al escenario en la última etapa de su vida, en su larga gira, no deja de conmover porque refleja en esos escenarios del mundo su humanidad, su sensibilidad, su perseverancia. Finalmente, esto es lo que prevalece en Hallelujah: un viaje, una canción, un documental que pone nuevamente en foco su esencia, el esfuerzo de su pluma, su voz pícara y seductora, alejada de palabras trilladas y plagada de bellas metáforas, y las trae a este presente para que sigan resonando en una melodía universal.

Foto de portada: https://urgente24.com/foco/hallelujah-leonard-cohen-y-los-fracasos-que-son-exitos-n542368

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